"ROPA
VIEJA”
Qué sorpresa esta tarde cuando una amiga que desconocía hasta hace poco mi faceta de escritor me dejó en mi despacho por mensajería dos ejemplares de mi segunda obra de relatos que llamé “Ropa vieja” (iba a llamarse “Cajón de desastres”, pero al final pudo lo de los mil guisos). Con ellos venía un mensaje amable, ella había adquirido uno y había comprado dos para mí. El caso es que la librería Beta de calle Sierpes cierra (merecido se lo tenían por su sectarismo frente a libros azules) y ya sacaba de lance las obras existentes. Entre ellos estaba mi “Ropa vieja” que me editó mi buen amigo Paco Aranguren. Muchas gracias, amiga y espero que disfrutes del ejemplar que compraste para ti.
La historia del libro es simpática; son bonitos los libros con biografía. La del mío fue que una vez que el libro salió del horno, y estando mi editor de vacaciones, me llamó por teléfono para que me cerciorara si, efectivamente, "Ropa vieja" tenía asignado el correspondiente ISBN (ya se sabe, el carnet de identidad del libro). Al entrar en la página web de la Biblioteca Nacional me sorprendió la existencia de una obra de igual título escrita por el escritor limeño Ricardo Palma, fechada en 1889. Esto sería en el mes de agosto. El hecho en sí no suscitaba problemas legales puesto que los títulos de las obras no gozan de protección de propiedad intelectual pero debo de confesar que aquel descubrimiento me produjo una agradable sorpresa y me resultó francamente misterioso compartir el mismo título de un libro con un autor lejano en el tiempo y en el espacio.
Cuando este casual descubrimiento no podía sospechar que el destino muy pronto me acabaría uniendo de algún modo con aquel para mí aún desconocido Ricardo Palma. En septiembre me propusieron impartir una ponencia profesional en un congreso que se iba a celebrar precisamente en Lima, en la primera semana de octubre. El caso es que mi llegada coincidió con los actos conmemorativos del 75 aniversario del fallecimiento de este escritor limeño, tan venerado en aquel país. A través de casuales e inesperados contactos, estuve presente en todos esos actos, en los que ya se me comenzaba a llamar "el español que escribió la otra Ropa vieja" y, finalmente, un ejemplar de mi "Ropa vieja" quedó, como curiosidad, en una vitrina de la Casa-museo de Ricardo Palma a petición expresa de su director Guillermo Wendell.
Por supuesto que conmigo regresó a España un ejemplar de la “Ropa vieja” de Palma.
Gracias, amiga, has cerrado con una preciosa anécdota la biografía de este libro que acaba de morir.
Qué sorpresa esta tarde cuando una amiga que desconocía hasta hace poco mi faceta de escritor me dejó en mi despacho por mensajería dos ejemplares de mi segunda obra de relatos que llamé “Ropa vieja” (iba a llamarse “Cajón de desastres”, pero al final pudo lo de los mil guisos). Con ellos venía un mensaje amable, ella había adquirido uno y había comprado dos para mí. El caso es que la librería Beta de calle Sierpes cierra (merecido se lo tenían por su sectarismo frente a libros azules) y ya sacaba de lance las obras existentes. Entre ellos estaba mi “Ropa vieja” que me editó mi buen amigo Paco Aranguren. Muchas gracias, amiga y espero que disfrutes del ejemplar que compraste para ti.
La historia del libro es simpática; son bonitos los libros con biografía. La del mío fue que una vez que el libro salió del horno, y estando mi editor de vacaciones, me llamó por teléfono para que me cerciorara si, efectivamente, "Ropa vieja" tenía asignado el correspondiente ISBN (ya se sabe, el carnet de identidad del libro). Al entrar en la página web de la Biblioteca Nacional me sorprendió la existencia de una obra de igual título escrita por el escritor limeño Ricardo Palma, fechada en 1889. Esto sería en el mes de agosto. El hecho en sí no suscitaba problemas legales puesto que los títulos de las obras no gozan de protección de propiedad intelectual pero debo de confesar que aquel descubrimiento me produjo una agradable sorpresa y me resultó francamente misterioso compartir el mismo título de un libro con un autor lejano en el tiempo y en el espacio.
Cuando este casual descubrimiento no podía sospechar que el destino muy pronto me acabaría uniendo de algún modo con aquel para mí aún desconocido Ricardo Palma. En septiembre me propusieron impartir una ponencia profesional en un congreso que se iba a celebrar precisamente en Lima, en la primera semana de octubre. El caso es que mi llegada coincidió con los actos conmemorativos del 75 aniversario del fallecimiento de este escritor limeño, tan venerado en aquel país. A través de casuales e inesperados contactos, estuve presente en todos esos actos, en los que ya se me comenzaba a llamar "el español que escribió la otra Ropa vieja" y, finalmente, un ejemplar de mi "Ropa vieja" quedó, como curiosidad, en una vitrina de la Casa-museo de Ricardo Palma a petición expresa de su director Guillermo Wendell.
Por supuesto que conmigo regresó a España un ejemplar de la “Ropa vieja” de Palma.
Gracias, amiga, has cerrado con una preciosa anécdota la biografía de este libro que acaba de morir.
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