sábado, 28 de febrero de 2015
CALLAR ES ASENTIR
Hace muchos años de esto, puede que sean quince o así, pero tampoco estoy seguro. Yo era abogado, soy abogado, y defendía los intereses de un prestigioso profesional de la arquitectura en los juzgados de familia de Sevilla. Era un padre que no deseaba otra cosa más que estar el mayor tiempo posible con sus hijos. Pero el juez, escoltado con una nube absurda de feministas cuasi boliviarianas, me negaba una y otra vez la guardia compartida de los dos menores deseosos de estar con su padre el mayor tiempo posible. Pero esto no era posible con ese juez que era mimado cuidadosamente por las abogadas feministas (a las que como compañero respetaré siempre mucho). De ese o esos tiempos recuerdo y recordaré siempre el día, terrible entre los días, en que ante la negativa del padre a dar de tomar una pastilla a su hija por recomendación de una médico, sacó pecho en su despacho, “faisán del derecho” que hubiera dicho Quevedo, y me amenazó (sic) en privarle de la patria potestad a mi cliente si dejaba de darle esa discutible pastilla (por lo visto, no me acuerdo, con abundantes efectos secundarios). Recuerdo ese día en que frente al hotel Colón y desde mi moto, intentaba hacerle entender a mi amigo tan gravísima amenaza. Creo que es lo peor que me ha pasado en mi vida profesional.
Y así muchas cosas más. Conseguí, de hecho, tras muchos años de batalla, una custodia compartida en la Audiencia de Sevilla a la que el juez se negó al menos en tres ocasiones. Ahora este juez, afortunadamente expulsado de la carrera judicial por mor de una prevaricación de libro, se mete en el lodo de la política y se atreve a presentarse como adalid de muchas cosas y entre ellas y mi asombro, de la “guarda y custodia compartida” que yo siempre defendí.
Se meten en la política una vez expulsados y hacen lo que sea, hasta traen un torero al que la justicia parece que no le dio la razón (Garzón lo hace de otro modo). Y ahora, ahora, hablan de la custodia compartida en público, esa custodia compartida que tanto estudié con seminarios en Madrid y que me negó tres veces cuando demandaba el interés de un hombre con una vivienda preciosa junto al Guadalquivir para disfrutar de sus hijos. Ése es vuestro candidato, uno de vuestros candidatos, en las próximas elecciones. La esposa que detestaba al marido y que se opuso a sus justas demandas una y otra vez seguro que lo votará, aunque ahora, extrañamente, defienda la guardia y custodia compartida.
Cuento esto porque si callo es como si asintiera, y eso no.
domingo, 22 de febrero de 2015
CIUDADANOS VOX ETC
Ante el penoso panorama que les ofrece a nuestros honrados ciudadanos, hartos ya de corrupción y atracos a mano sin armar, de injusticias y profundas tristezas familiares, miles de personas en manos de delincuentes usureros (que ya se encarga mi camarada Carlos J. Galán de denunciar). En medio de este caos y esta miseria, y con partidos ya con el aceite más que gastado, nos queda una respuesta a la gente de bien, y pido disculpas por meterme en ese redil.
Es obvio que no podemos juntar nuestra palabras a los pícaros de Venezuela, que roban al fisco y a los españoles. Vox es la extrema derecha que exhiben a un lisiado, la guapa y el rico se largaron, a saber por qué. Acogen a jueces gravemente sancionados -aunque cuenten su increíble historia que no creyó ni el Tribunal Supremo-, ya tienen que estar mal para lanzar al ruedo político a un delincuente.
Me quedan los ciudadanos. Sé por qué hay que confiar en ellos: no engañan, no presentan a ningún delincuente (el que comete delitos) a ningún puesto y es una ventana abierta a la esperanza.
No sé, eso pienso ahora. Quizá mañana vote a Falange Autçéntica, si aún existe.
viernes, 20 de febrero de 2015
ME HAN ENSUCIADO LA PALABRA
Era bella la palabra porque implicaba un entusiasmo frente a todo, frente al mal y al porvenir incierto, en nuestra lucha profesional, en el deporte, en nuestro afán de que las cosas mejoraran, de que llegara la justicia social. Pero llegaron unos niñatos de cutre despachito universitario de diez metros cuadrados, entrenados duramente en el último y residual comunismo que sigue siendo opresión y dictadura, y nos hurtaron esa palabra que llegó a ser antaño la expresión de lucha y optimismo de muchos o de casi todos.
Llegaron y a por todas, con toda la malicia soviética, empleando sus mismos métodos hogaño, de estafa y engaño a un pueblo justamente desesperado, una Patria (mi Patria, nuestra Patria) donde es indecoroso e inadmisible que haya millones de parados, miles de desahúcios y miles de tragedias, tantas y tantas personas que viven dramáticamente en los umbrales de la pobreza (esa otra palabra que en estos tiempos malos se ha puesto de moda), y que yo creo que ni siquiera pueden pagar los recibos de electricidad en este invierno tan frío.
Pero han llegado los nuevos bolcheviques -esos niñatos- con su palabra mágica, enrolando en sus siniestras filas adeptos como las ratas del flautista del cuento. Es una metáfora. Los desesperados no son ratas, son gente buena a las que les llegó el infortunio y están desesperados, no puede ser de otro modo. Y se entregarán a ellos, incluso al que en un año cobró lo que pocos profesionales hemos cobrado durante muchos años. Pero les puede la desesperación y hasta los comprendo. Yo mismo, llegado el caso, en ese zaguán de la pobreza, ¿con quién me iba a juntar? ¿Con los que nos llevaron a este cataclismo de penuria y corrupción?
Los niñatos lo saben, y no por que sean o crean ser “polítólogos”, sino porque hubieron de hacer algún master en la sevillana calle Sierpes y llaman a rebato. Y a lo mejor consiguen el poder y sufriremos la sinrazón y la crueldad del bolchevismo. Pero quizá eso no sea tan importante porque sobreviviremos. Lo lamentable es que nos robaron una palabra que prometía lucha, ilusión y regeneración. Entonces seremos nosotros, los desterrados del reino comunista, los que, siquiera sea furtivamente, mascaremos esa palabra, diremos que se puede salir de tanto oprobio. Diremos que “podemos" y saldremos todos, incluidos los del zaguán, faltaría más, de la inmensa pobreza a la que nos iban a conducir. El problema es que los neobolcheviques no nos enseñarán las urnas para combatirlos, sino las catacumbas desde la que, de nuevo, saldrá la libertad y la justicia a flote.
OTRO DÍA MÁS
Mi despacho artesanal, que acoge pretensiones o reclamaciones de todos. Ahora hablo con una clienta que es Duquesa, seguramente Grande de España, no lo sé seguro, que me expone su problema al que he de enfrentarme con urgencia esta próxima semana. Su caso es de justicia y para mí es un placer enfrentarme a la injusticia sea contra quien sea.
Al poco me llama una mujer víctima de violencia de su pareja. Yo estoy en ese turno específico de oficio, eso que muchos letrados pelín soberbios consideran denigrante, pero para mí no. Ya era cliente por un episodio anterior y sé que he de movilizarme esta semana con ella.
El mayor placer y la mayor condecoración de un abogado es la defensa de lo que entiende causas nobles: sea en defensa de una duquesa o de una mujer maltratada (con la venia del exjuez). Ésa es mi grandeza, la de mi toga, y me siento orgulloso de ella.
Al poco me llama una mujer víctima de violencia de su pareja. Yo estoy en ese turno específico de oficio, eso que muchos letrados pelín soberbios consideran denigrante, pero para mí no. Ya era cliente por un episodio anterior y sé que he de movilizarme esta semana con ella.
El mayor placer y la mayor condecoración de un abogado es la defensa de lo que entiende causas nobles: sea en defensa de una duquesa o de una mujer maltratada (con la venia del exjuez). Ésa es mi grandeza, la de mi toga, y me siento orgulloso de ella.
domingo, 15 de febrero de 2015
ROJO Y NEGRO; EL ÚNICO CINE FALANGISTA
He vuelto a complacerme, en esta tarde de asueto dominguero, con única película soberbia: “Rojo y negro” del director falangista Carlos Arévalo, de 1942.
La película es soberbia por muchas razones; técnicas pues hace un alarde de conocimientos cinematográficos desconocidos en la época, como cuando la máquina repasa las distintas celdas en las que los milicianos tienen guardados a los “fascistas” que pronto asesinarán, un adelanto a 13 rue del percebe. Es una película imprescindible para una correcta memoria histórica de aquello que pasó, pero como es una película hecha desde el falangismo, hay escenas trufadas con otras, en las que se ve al proletariado sufriendo y a la burguesía y la derecha disfrutando, y todo ello para explicar por qué sucedió aquella tragedia colectiva.
Tan es así que el día de su estreno, los militares de alta graduación presentes en la sala abandonaron la sala de filmación y:
"Estrenada en el cine Capitol el lunes 25 de mayo de 1942 (coincidiendo con el regreso a Madrid de el primer contingente de voluntarios de la División Azul) y con el patrocinio de la Asociación de la Prensa, a las tres semanas desapareció misteriosamente de las carteleras, siendo prohibida gracias a las presiones de altas jerarquías (posiblemente militares, por lo que luego veremos). A mediados de los noventa (bajo una espesísima capa de polvo) apareció una copia de este film en los antiguos locales de la productora madrileña. La Filmoteca Española la exhibió, con gran éxito, en un ciclo sobre cine de postguerra. La presencia y visionado del film en certámenes cinematográficos y facultades universitarias ha sorprendido siempre gratamente a los espectadores.”
Está dicho.
La película es soberbia por muchas razones; técnicas pues hace un alarde de conocimientos cinematográficos desconocidos en la época, como cuando la máquina repasa las distintas celdas en las que los milicianos tienen guardados a los “fascistas” que pronto asesinarán, un adelanto a 13 rue del percebe. Es una película imprescindible para una correcta memoria histórica de aquello que pasó, pero como es una película hecha desde el falangismo, hay escenas trufadas con otras, en las que se ve al proletariado sufriendo y a la burguesía y la derecha disfrutando, y todo ello para explicar por qué sucedió aquella tragedia colectiva.
Tan es así que el día de su estreno, los militares de alta graduación presentes en la sala abandonaron la sala de filmación y:
"Estrenada en el cine Capitol el lunes 25 de mayo de 1942 (coincidiendo con el regreso a Madrid de el primer contingente de voluntarios de la División Azul) y con el patrocinio de la Asociación de la Prensa, a las tres semanas desapareció misteriosamente de las carteleras, siendo prohibida gracias a las presiones de altas jerarquías (posiblemente militares, por lo que luego veremos). A mediados de los noventa (bajo una espesísima capa de polvo) apareció una copia de este film en los antiguos locales de la productora madrileña. La Filmoteca Española la exhibió, con gran éxito, en un ciclo sobre cine de postguerra. La presencia y visionado del film en certámenes cinematográficos y facultades universitarias ha sorprendido siempre gratamente a los espectadores.”
Está dicho.
sábado, 7 de febrero de 2015
ROPA VIEJA
"ROPA
VIEJA”
Qué sorpresa esta tarde cuando una amiga que desconocía hasta hace poco mi faceta de escritor me dejó en mi despacho por mensajería dos ejemplares de mi segunda obra de relatos que llamé “Ropa vieja” (iba a llamarse “Cajón de desastres”, pero al final pudo lo de los mil guisos). Con ellos venía un mensaje amable, ella había adquirido uno y había comprado dos para mí. El caso es que la librería Beta de calle Sierpes cierra (merecido se lo tenían por su sectarismo frente a libros azules) y ya sacaba de lance las obras existentes. Entre ellos estaba mi “Ropa vieja” que me editó mi buen amigo Paco Aranguren. Muchas gracias, amiga y espero que disfrutes del ejemplar que compraste para ti.
La historia del libro es simpática; son bonitos los libros con biografía. La del mío fue que una vez que el libro salió del horno, y estando mi editor de vacaciones, me llamó por teléfono para que me cerciorara si, efectivamente, "Ropa vieja" tenía asignado el correspondiente ISBN (ya se sabe, el carnet de identidad del libro). Al entrar en la página web de la Biblioteca Nacional me sorprendió la existencia de una obra de igual título escrita por el escritor limeño Ricardo Palma, fechada en 1889. Esto sería en el mes de agosto. El hecho en sí no suscitaba problemas legales puesto que los títulos de las obras no gozan de protección de propiedad intelectual pero debo de confesar que aquel descubrimiento me produjo una agradable sorpresa y me resultó francamente misterioso compartir el mismo título de un libro con un autor lejano en el tiempo y en el espacio.
Cuando este casual descubrimiento no podía sospechar que el destino muy pronto me acabaría uniendo de algún modo con aquel para mí aún desconocido Ricardo Palma. En septiembre me propusieron impartir una ponencia profesional en un congreso que se iba a celebrar precisamente en Lima, en la primera semana de octubre. El caso es que mi llegada coincidió con los actos conmemorativos del 75 aniversario del fallecimiento de este escritor limeño, tan venerado en aquel país. A través de casuales e inesperados contactos, estuve presente en todos esos actos, en los que ya se me comenzaba a llamar "el español que escribió la otra Ropa vieja" y, finalmente, un ejemplar de mi "Ropa vieja" quedó, como curiosidad, en una vitrina de la Casa-museo de Ricardo Palma a petición expresa de su director Guillermo Wendell.
Por supuesto que conmigo regresó a España un ejemplar de la “Ropa vieja” de Palma.
Gracias, amiga, has cerrado con una preciosa anécdota la biografía de este libro que acaba de morir.
Qué sorpresa esta tarde cuando una amiga que desconocía hasta hace poco mi faceta de escritor me dejó en mi despacho por mensajería dos ejemplares de mi segunda obra de relatos que llamé “Ropa vieja” (iba a llamarse “Cajón de desastres”, pero al final pudo lo de los mil guisos). Con ellos venía un mensaje amable, ella había adquirido uno y había comprado dos para mí. El caso es que la librería Beta de calle Sierpes cierra (merecido se lo tenían por su sectarismo frente a libros azules) y ya sacaba de lance las obras existentes. Entre ellos estaba mi “Ropa vieja” que me editó mi buen amigo Paco Aranguren. Muchas gracias, amiga y espero que disfrutes del ejemplar que compraste para ti.
La historia del libro es simpática; son bonitos los libros con biografía. La del mío fue que una vez que el libro salió del horno, y estando mi editor de vacaciones, me llamó por teléfono para que me cerciorara si, efectivamente, "Ropa vieja" tenía asignado el correspondiente ISBN (ya se sabe, el carnet de identidad del libro). Al entrar en la página web de la Biblioteca Nacional me sorprendió la existencia de una obra de igual título escrita por el escritor limeño Ricardo Palma, fechada en 1889. Esto sería en el mes de agosto. El hecho en sí no suscitaba problemas legales puesto que los títulos de las obras no gozan de protección de propiedad intelectual pero debo de confesar que aquel descubrimiento me produjo una agradable sorpresa y me resultó francamente misterioso compartir el mismo título de un libro con un autor lejano en el tiempo y en el espacio.
Cuando este casual descubrimiento no podía sospechar que el destino muy pronto me acabaría uniendo de algún modo con aquel para mí aún desconocido Ricardo Palma. En septiembre me propusieron impartir una ponencia profesional en un congreso que se iba a celebrar precisamente en Lima, en la primera semana de octubre. El caso es que mi llegada coincidió con los actos conmemorativos del 75 aniversario del fallecimiento de este escritor limeño, tan venerado en aquel país. A través de casuales e inesperados contactos, estuve presente en todos esos actos, en los que ya se me comenzaba a llamar "el español que escribió la otra Ropa vieja" y, finalmente, un ejemplar de mi "Ropa vieja" quedó, como curiosidad, en una vitrina de la Casa-museo de Ricardo Palma a petición expresa de su director Guillermo Wendell.
Por supuesto que conmigo regresó a España un ejemplar de la “Ropa vieja” de Palma.
Gracias, amiga, has cerrado con una preciosa anécdota la biografía de este libro que acaba de morir.
MI AMIGO ENRIQUE Y EL ALMIRANTE NELSON
OTRA
PROSA PRÓFUGA DE MI AMIGO ENRIQUE AL QUE SIEMPRE RECORDARÉ.-
Mi amigo Enrique me contaba que allá por los años 50 se echó en Málaga
de novieta a una muchacha muy codiciada (en el mejor sentido de la palabra) en
toda Málaga. La sedujo y la convirtió en su novia, al menos provisional. Fue la envidia de toda Málaga en
aquel tiempo. Pero al padre de la novieta alcanzada, práctico del puerto de esa
ciudad, monárquico acérrimo, le jodía que su hija hiciera manitas con un
falangista del Frente de Juventudes.
Por eso, me contaba Enrique, cada vez que se cruzaba con el supuesto futuro “suegro” por la calle Larios de Málaga, éste le espetara a mi amigo algo en italiano que no sé reproducir pero que venía a decir: Adiós, cabeza de gamba. Mi amigo era muy rubio, muy blanco y poblado de lunares, de ahí el mote que cada mañana le soltaba el práctico del puerto malagueño.
Pero hubo un día, feliz entre los días, en que la venganza luchó con ternura y sutileza. Fue un día en que un buque inglés chocó con otro español en las maniobras de atraque sufriendo éste avería gruesa. El práctico del puerto era justamente el monárquico que despreciaba a mi amigo por falangista y que a diario le decía en italiano en plena calle Larios, con machaconería: “Adiós cabeza de gamba”.
Ese día, en las ediciones vespertinas de los diarios que por ese tiempo se estilaban salió la noticia de ese brutal choque en el puerto en el que salía malparado el práctico monárquico (creo que carlista) que se reía a diario de mi amigo con su chiste fácil.
Mi amigo guardó la noticia y se relamió con ella. Al día siguiente se reencontraron en la calle Larios -uno iba al Instituto, el otro al Puerto-.
El práctico, por no perder la costumbre, le lanzó al chaval eso de “adiós, cabeza de gamba”, en italiano, siempre con entonación.
Pero el chaval esta vez se creció. Dueño de sí, miró hacia atrás y cuando lo tuvo a la vista, ya frente a frente los dos, manteniéndole la mirada con la mayor dignidad que le era posible, le dijo lo mejor, qué ingenio para hacer cambiar la mirada de un hombre y volcarla en la acera, quitándole su chulería:
-Adiós, Nelson.
Y se marchó feliz a su instituto de calle Madre de Dios (allí vivía mi padre, cerca del teatro Cervantes). Ese noviazgo no salió bien, obviamente. Pero mi amigo Enrique le echó cojones con el mismísimo Nelson.
Por eso, me contaba Enrique, cada vez que se cruzaba con el supuesto futuro “suegro” por la calle Larios de Málaga, éste le espetara a mi amigo algo en italiano que no sé reproducir pero que venía a decir: Adiós, cabeza de gamba. Mi amigo era muy rubio, muy blanco y poblado de lunares, de ahí el mote que cada mañana le soltaba el práctico del puerto malagueño.
Pero hubo un día, feliz entre los días, en que la venganza luchó con ternura y sutileza. Fue un día en que un buque inglés chocó con otro español en las maniobras de atraque sufriendo éste avería gruesa. El práctico del puerto era justamente el monárquico que despreciaba a mi amigo por falangista y que a diario le decía en italiano en plena calle Larios, con machaconería: “Adiós cabeza de gamba”.
Ese día, en las ediciones vespertinas de los diarios que por ese tiempo se estilaban salió la noticia de ese brutal choque en el puerto en el que salía malparado el práctico monárquico (creo que carlista) que se reía a diario de mi amigo con su chiste fácil.
Mi amigo guardó la noticia y se relamió con ella. Al día siguiente se reencontraron en la calle Larios -uno iba al Instituto, el otro al Puerto-.
El práctico, por no perder la costumbre, le lanzó al chaval eso de “adiós, cabeza de gamba”, en italiano, siempre con entonación.
Pero el chaval esta vez se creció. Dueño de sí, miró hacia atrás y cuando lo tuvo a la vista, ya frente a frente los dos, manteniéndole la mirada con la mayor dignidad que le era posible, le dijo lo mejor, qué ingenio para hacer cambiar la mirada de un hombre y volcarla en la acera, quitándole su chulería:
-Adiós, Nelson.
Y se marchó feliz a su instituto de calle Madre de Dios (allí vivía mi padre, cerca del teatro Cervantes). Ese noviazgo no salió bien, obviamente. Pero mi amigo Enrique le echó cojones con el mismísimo Nelson.
viernes, 6 de febrero de 2015
NOTAS SOBRE LA FUNDACIÓN E LA CENTURIA “CARDENAL CISNEROS DE MÁLAGA
NOTAS
SOBRE LA FUNDACIÓN DE LA CENTURIA “CARDENAL CISNEROS” DE MÁLAGA.-
Por
Manuel Sánchez del Águila.
· LO
GERMINAL.-
Dentro del denominado
Frente de Juventudes (afiliación generalizada de toda la juventud española de
los años cuarenta), se crearon las “Falanges de Voluntarios”, que pronto
pasaron a ser llamadas las
“Falanges Juveniles de Franco”.
Una de las centurias
de flechas, la “Santa María”, constituyó el germen de la centuria “Cardenal
Cisneros”, ya de cadetes, entre los 12 y 16 años de edad, creo recordar.
El núcleo fundamental
de esta centuria de cadetes, tiene su gestación en el Instituto de Enseñanza
Media “Nuestra Señora de la Victoria”, de Málaga, sito en la calle Gaona, donde
cursábamos nuestro bachillerato los entonces niños de 12-13 años de edad que en
julio/36 estábamos en la franja de los 9 o 10 años.
El grupo fundacional
de la “Cardenal Cisneros” estuvo integrado fundamentalmente por mandos de la
entonces centuria “Santa María, como se ha dicho.
Recuerdo entre otros
a los hermanos José (Jefe de la Centuria) y Manuel Utrera Molina, José y
Eduardo Martín Almendro, Jaime González Martín, Waldo Fernández, Julio Valverde
Burgos, Paco de los Riscos, quien esto escribe -que asumió la subjefatura de la
centuria- y muchos otros que ahora me resulta muy difícil de recordar. Sí
aludiré al inefable “Mario” que tenía tarjetas con la palabra “ayudante” y que
decía pertenecer a una familia noble caída en desgracia.
Y entonces viene el
factor numérico: ¿Qué escuadristas teníamos? ¿Con quién contábamos? La
respuesta es categórica pues era además la consigna del momento político: el
proselitismo. No había otro. Uno a uno, charla a charla y reunión tras reunión,
se fue constituyendo el núcleo fundamental de la centuria “Cisneros” de la que
posteriormente nacieron otras como la denominada “Emperador Carlos”, de la que
fui Jefe, marchándome con pena de la “Ciosneros” y mi buen amigo Manolo Utrera
su subjefe, compartiendo conmigo las responsabilidades de la jefatura.
Creo que fue en el
patio del Instituto de Málaga donde se concibe el nacimiento “cisneriano”;
pienso incluso que era cuando finalizaba la letanía del rosario matutino, que
día tras día, antes de comenzar las clases, el padre Morales dirigía desde la
balconada de la primera planta de dicho instituto, letanía que teníamos que
memorizar por su turno, por su orden exacto, al terminar las preces, siempre
por España, por las alabanzas a la paz, por nuestras familias, sobre todo por
Dios y por su ayuda en momentos tan difíciles: Guerra Mundial, tantas privaciones,
tantas dudas, tantos sueños, junto a los primeros amores de niños.
Nace “Cisneros”
gracias a ese contagioso proselitismo que ejercíamos en tantos y diversos
lugares: esas calles y plazas donde los niños jugábamos entonces; Plaza de la
Merced, plaza del Teatro Cervantes, calle Madre de Dios. También en los
descansos entre las clases del instituto, amigos o hermanos de las primeras
“novietas”, siempre a cuestas con la ilusión de los 14 años.
Entre las actividades
ilusionantes estaban los campamentos volantes, las marchas por etapas, el
caminar ilusionado entre pueblo y pueblo, mezclando la lectura d la carta de la
novia con el “maquis” que nos
amenazaba (a veces acompañados por una pareja de la Guardia Civil); en fin,
siempre el afán aventurero de esa temprana edad.
Y se consiguió:
acudía la juventud, se contagiaban las vibraciones de las marchas y músicas que
todo lo llenaban: “Cubre tu pecho de azul español” “Juventud Española, “Prietas
las filas”, “Yo tenía un camarada” y muchas más. Llegó a tener la centuria
Cisneros un número muy cercano a los cien miembros. Era exactamente una
centuria de jóvenes de diversas procedencias: estudiantes de bachillerato,
aprendices, menestrales, un heterogénea mezcla de orígenes y familias, incluso
hijos de represaliados injustamente.
El denominador común
de mis recuerdos fue siempre un
latiguillo: “ni vencedores ni vencidos”,
España sobre todo, la mirada clara y lejos…el romanticismo de un Imperio ideal,
Dios sobre todo, la grandeza de la Patria, las enseñanzas de José Antonio,
“mitad monje mitad soldado”, los valores del campo y de la nauraleza, la
insobornable unidad de España.
· ESPECIALES
RECUERDOS.-
Hogaño viene a mi
memoria nuestro especial recuerdo de entonces, permanente, a todos los
españoles que, en una u otra orilla o bando, habían luchado o muerto en nuestra
guerra civil.
Recuerdo
especialmente las noches en vela que pasábamos rezando, en las vísperas del día
de los caídos, en el recinto del Sagrario, entre guardia y guardia, rezando,
repito, por todos los fallecidos en aquella brutal con tienda, tanto de
los vencedores como de los vencidos,
pensábamos en las familias, y los
amigos de quienes dieron sus vidas por sus ideas en aquel cruel episodio bélico.
· MANDOS
Como es imposible el
recuerdo a tantos y tantos que me acompañaron en esta preciosa y bella aventura
juvenil, recordaré a los jefes provinciales del Movimiento: Emilio Lamo de
Espinosa y Manuel García del Olmo; a los delegados provinciales: Ricardo Manuel
de la Torre y José Martínez Martínez; a los secretarios provinciales: José
Manuel Merelo Palau y Francisco Valverde Dhior, al ayudante de las Falanges
Juveniles (éste de verdad ayudante, no como Mario; y a los entonces jefes de diversas centurias entre los que
quiero destacar a José Utrera Molina, primer Jefe de la “Cardenal Cisneros”,
que llegaría a alcanzar en los años 70 los puestos de Ministro de la Vivienda y
Ministro Secretario General del Movimiento, tras una fructífera y entregada
labor como gobernador civil en distintas provincias. También a Francisco
Hidalgo Ramos, jefe de la centuria “Gibralfaro, y José González de la Puerta,
jefe de la centuria “Domingo Lozano” que ostentaron los cargos de gobernadores
civiles de Soria y Málaga
respectivamente.
Así de sencillo y así de bello aconteció todo
ese tiempo en el que teníamos el corazón poblado de sueños y de generosidad.
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