lunes, 23 de marzo de 2015

ANDALUCES Y VANDALUCES

LOS ANDALUCES Y LOS VANDALUCES.- Yo me siento profundamente español. Mi Patria es de las pocas cosas sagradas que tengo. Pero también me siento inmensamente andaluz, aunque hayan creado como padre de esta minipatria un absurdo notario que se creyó poeta y al que todos, de derecha a izquierda, halagan. Yo me siento andaluz y me entusiasmo cuando veo el mar desde la Sierra de Istán, donde nació mi abuela, y cuando dejo atrás, tras la peña de “los enamorados” el pueblo de Archidona, la tierra de mi abuelo. Y Málaga tan bellísima y tan luminosa, donde pasó mi padre su infancia y juventud (con su cisne de plata en su camisa azul). Por eso no puedo admitir que se diga alegremente que los andaluces votamos ayer la corrupción, porque eso no es verdad. Miles de andaluces quisimos frenar, con nuestros votos, el robo que habían protagonizado, ese brutal atraco años tras año. Pero no fuimos los andaluces los que les dimos ese voto que no se merecían; fueron los vándalos, los vandaluces, lo que se vienen alimentando del poder y la corrupción, los corrompidos, los que dejan pasar estas barbaridades porque se lucran de este fango sucio en el que nadan los gobiernos socialistas. Por eso no admito que generalicéis sobre los andaluces. Muchos fuimos a votar contra esta miseria y esta hambruna. Pero pudieron los vandaluces. Porque parece cierto eso que se contaba: “ Y ganaron los sarracenos, porque Dios ayuda a los malos, cuando son más que los buenos”.

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