sábado, 7 de marzo de 2015

UN GRAN JEFE PARA UNA GUERRA INEVITABLE

Era la mano derecha de Yagüe, el general azul que lucía las cinco flechas rojas junto al lucero de general. Pero el comandante era el combativo, el expedicionario, siempre valiente dirigiendo su tropa, su bandera. Yo había leído de sus hazañas y de su valor hasta que conocí a su hijo Manolo (q.e.p.d) y me enseñó las dos órdenes por la que le condecoraban por una de las más importantes condecoraciones al valor militar con desprecio a la propia vida: dos medallas militares individuales. Poco antes de morir, su hijo me regaló la gorrilla legionaria que os pongo bajo estas líneas, y que lució el entonces comandante (llegado el tiempo Capitán General en Sevilla)durante su avanzada por Extremadura al frente de su gloriosa bandera. La guardo como oro en paño. Ahora ando con nuevos relatos, y sale él de nuevo, aunque sea de refilón, cuando dio muestra de su humanidad cuando tras una sentencia se acercó a la viuda del fusilado para decirle..., pero bueno, ésa es otra historia.

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