viernes, 17 de abril de 2015
ASÍ NO SE PUEDE SEGUIR
Mientras los partidos políticos, esos engendros totalitarios que acaparan el poder, se enfangan en el cenagal de los pactos, que es en definitiva el poder que da el dinero, el beneficio ilegítimo, el negociete o negociazo sucio que es la malversación, que es el robo sistemático del dinero de todos los españoles; mientras todo eso pasa y lo consentimos ya se sabe que pese a una eventual recuperación económica, la mitad de nuestros compatriotas seguirán en el límite de la pobreza o de la “exclusión social” (como ahora se dice). Pequeños empresarios jamás recuperarán sus negocios, trabajadores que ejercieron en estos tiempos de los partidos molondros y nefastos, jamás recuperarán su empleo, nuestros hijos no regresarán del extranjero donde encontraron empleo, y seguirá siendo penoso vivir en España. El redesahuciado seguirá con la deuda hipotecaria de por vida -ya fuera del piso que compró cuando el engaño de los bancos- y del piso cuyo alquiler no puede pagar.
Y todo sería tan fácil: España para los españoles honrados que trabajan, no para los políticos que medran, los sindicatos que huelen a pescado podrido, los partidos que subsisten con nuestro dinero. Hay que hacer algo, hay que traer bienestar y sobre todo, justicia social, “suum cuique tribuendi”. Sin que este rabioso cambio afecte a la propiedad privada, incluso la de ese prestatario hipotecario que perdió su vivienda, por la propiedad limpia: la propiedad de sindicatos honrados, la propiedad comunal. Pero muy lejos de la pobreza y la corrupción aún más extrema de los “maduros” y sus agentes en España.
Hace falta una revolución a lo Jean Jaures, “revolución en los fines”, sin violencia. Pero para todo eso hace falta que la mayoría pensemos que España es un “proyecto sugestivo de vida en común”.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario